La prueba inició desde el cerro San Javier a las 8:00, con mucho frío y mucha neblina, fenómenos que se mantuvieron a los largo del día, casi sin dar tregua a ninguno de los que estuvo envuelto en la competencia, justamente por eso esta es una de esas que quedarán marcadas en la historia, no sólo porque las lluvias hicieron que el circuito tuviera mucho barro, sectores casi inundados en donde se hacía muy difícil seguir una huella o mantener el equilibrio y otros en donde hasta caminar fue complicado, por eso podemos decir tranquilamente que fue uno de los Trasmontaña épicos y en el cual muchos se recibieron de bikers.
Tras una bajada complicada en la que muchos sufrieron las primeras caídas, llegó el tiempo de acelerar y disfrutar de la carrera, ese ciclo se fue repitiendo una y otra vez ya que el recorrido ofreció sectores veloces y oreados y otros en donde el barrial atrapaba a los bikers, haciendo que las bicicletas se pusieran muy pesadas y obligándolos a detenerse un poco más adelante para limpiar el barro y poder continuar con la aventura.
Las partes más difíciles se pudieron sortear a pie, pero incluso así hubo lugares en donde la caminata se hizo imposible, al menos eso mostraron las caras que se registraron en El Portezuelo al terminar la carrera.
INFO: Prensa Gonzalo Gaitan
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