Tenía que ser ahí. Había que consagrarse campeón en Río Cuarto. En ese Palacio de los Deportes donde mostró en el arranque de la final, y como lo hiciera en semifinales en Oliva, sus garras a quien se le pusiera delante. Fue ahí el victorioso primer capítulo. Y ahí llegó el cuarto triunfo de la serie (tercero consecutivo) para ingresar a la historia grande de la Liga Cordobesa y sentirse con razón como el mejor de la provincia.
Ese sitial privilegiado al que llegó Bell tras vencer el viernes 95-92 a Central Argentino, siempre un durísimo adversario que eleva aún más el mérito blanquinegro, es el colofón ideal de un proceso surgido en 2014, con el club tomando la decisión, tras doce años de ausencia, de reinsertarse en la competencia provincial más importante bajo el armado del entrenador Osvaldo Bessone.
Aquello fue una valiosa experiencia de sumatoria de partidos de otro roce que duró hasta cuartos de final y a fin de febrero de 2015 dejaba, al margen del entusiasmo por pertenecer, la semilla de la ambición.
Sobrevino entonces desandar el desafío de la primera edición del Regional Centro República. A esa feliz idea interasociativa puesta en marcha en abril se subió a mitad del año y del camino Fernando Aguilar. Sus pergaminos lo ponían como nuevo DT de un grupo que lideraba el certamen y que daba muestras de su codicia. Parecía ser una fórmula que combinaba intereses en la misma dirección, lo que hizo que además continuaran arribando al plantel jugadores que lo seguían enriqueciendo.
Y fue alzar la primera copa en octubre ante un Ameghino de Villa María que venía de ganar la Liga Cordobesa y se preparaba para encarar el Torneo Federal. Haber recogido un fruto fue el impulso que faltaba. No había vuelta atrás. Internamente se instaló el mandato para una segunda incursión por la provincia. Había que ir por la gloria. Y no se fallaron ni a ellos mismos ni a los que desde afuera se aventuraron a creerles y acoplarse a esos sueños.
No es que si no se hubiera logrado surgirían reproches, el deporte bien entendido no lo permite si en el trayecto se hizo todo como corresponde, sí quizás cabria la desilusión. Ni una cosa ni la otra. Fue lo máximo y dejando atrás en la semifinal y final a dos rivales que pisaban las series con localía a favor y preferencias de la cátedra.
De torcer eso también se encargó este grupo. De esa manera, ganando y emocionando, con ese halo de proeza que al deporte le gusta a veces teñir las historias, es que Bell culmina celebrando una conquista que rebalsa las paredes de la entidad y se derrama por todo Bell Ville.
Así de grande es lo que se logró, así de lindo… ¡Salud campeones!
INFO: EL DEPORTIVO BELL VILLE
---------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario