.

.
EL BLOG DEPORTIVO es un Blog Informativo de la ciudad de Leones y la Región ... Creado en el año 2010 por Claudio de Los Santos ... GRACIAS POR SU VISITA ...

martes, 16 de marzo de 2021

EL RINCÓN DE LOS ELOGIOS PARA MI AMIGO BORELO

EL RINCÓN DE LOS ELOGIOS PARA MI AMIGO BORELO

Fue el que más finales disputó y más campeonatos ganó en las ligas de fútbol del sur de la Provincia de Córdoba (Hablan de otro que tendría similar récord o hasta un partido más, pero en una carrera el doble de extensa). Cientos de goles (¿alguien los tendrá registrado?), un campeonato con Rosario Central en la liga Rosarina, jugando para la “primera local”, a la vez que integraba la cuarta especial y alternaba en la tercera de ese populoso club.

Estaba predestinado a ser un crac goleador de los canallas en el “fútbol grande” de la Argentina. Le sobraba talento, coraje, intrepidez y estado atlético. Y sonaba como el reemplazante natural de Ramón Bóveda, el wing derecho que a fines de los 70 se fue de Central.

Ahora pude saber que esa oportunidad quedó frustrada por razones extradeportivas que avergüenzan al fútbol, a lo que el joven jugador de entonces le agregó su condimento de carácter intempestivo.

Estoy hablado de mi amigo, ex compañero de la escuela secundaria, de las canchas de mi pueblo Leones, donde compartimos partidos y entrenamientos, y de las siestas en la que nos ejercitábamos: frente al arco de la cacha del Triguero, alternativamente uno tiraba el centro y el otro debía empalmarla de volea, sin dejarla picar.

Se llama Juan Alberto Romero, conocido por todos como “Borelo”, un sobrenombre que le pusieron de niño en recuerdo del goleador de Boca de los años 50 de apellido Borello.

Nació, se formó, brillo y dejó parte de su corazón en la cancha del Club Sarmiento, en la vieja “Caldera” hoy convertida en coqueto barrio de viviendas. Con Sarmiento ganó muchos torneos y fue Campeón Provincial en aquel brillante equipo histórico que le jugaba de igual a igual a cualquier grande grande de la Provincia “o de más lejos”, como Deportivo Morón, San Martín de Tucumán o Chaco For Ever.

Pero Borelito también fue campeón con Leones (el clásico rival de Sarmiento), Progreso de Noetinger, Argentino de Marcos Juárez y ganó títulos y encabezó tabla de goleadores en la Liga Becar Varela, en Banda Norte de Río Cuarto y varios clubes más. Estuvo en una treintena de finales de campeonatos.

Retacón, veloz, buen rematador y encarador. Cuando partía la pelota hacia Borelo, la hinchada se ponía de pie y se aceleraban las palpitaciones. Él no los defraudaba, iba hasta el fondo y sacaba el centro o se cerraba en diagonal para sacudirle al arco. ¡Y que no se la dejaran picando por ahí o dieran rebote de un centro rechazado! Porque en el aire la devolvía con alguna cabriola. Y si el partido era muy duro y le pegaban mucho, el cabrón de Borelo se agrandaba y les tiraba todo su fibroso cuerpo encima a los marcadores y a gran velocidad.

Si me preguntan como quién jugaba, con quién podría compararlo. Y… yo pensaría primero en el Turquito Asad, el que lució en Vélez y, más atrás, en Pinino Más pero por el carril derecho. Podríamos decir que tenía algo de Alzamendi, quizás.

En Sarmiento supo jugar con otro de mis ídolos, amigo y compañero de la escuela y las canchas en la adolescencia y primera juventud: el Yeyo Porporato. Juntos los dos es como tener en un mismo equipo a Riquelme y Batistuta. Y si recordamos que esta dupla también supo jugar en Sarmiento con el ya veterano Roberto Santiago Cerminato (retornado de brillar en Colombia), sería algo así como Redondo – Riquelme – Batistuta.

Vaya pues este homenaje en vida a mi amigo Borelo, con quien soñábamos juntos en el ABLO-Urquiza, cuando íbamos a las prácticas a prueba en Rosario Central y hacíamos combinación con el lento urbano hasta Granadero Baigorria. Yo era demasiado tronquito y demasiado joven en comparación con los demás (tenía 16 y jugaba con muchachos de 18), pero cumplí una misión “histórica” a favor del crac que ya era Borelo:

Como a nosotros nadie nos conocía y el resto eran jugadores más o menos ya instalados, con sus camarillas y hasta algún vedetismo, teníamos pocas posibilidades de “cazar un fulbo” para mostrar algo. Yo jugaba de marcador de punta derecha y él era un típico 7 de entonces. Borelo me dijo: “Lalo Hilario (así me llamaba), acá si no me la tirás vos nadie me va a dar un puto pase, así que cuando la tengas pegale fuerte para adelante que yo la corro”. Fue entonces que en la primera pelota que se cruzó acercó le mandé un derechazo para Borelo y, ahí nomás, le sacudió al arco de volea. No recuerdo si se estrelló en el travesaño o pasó cerca, pero sí tengo patente el gesto de sorpresa y aprobación del DT. La segunda pelota que tocó mi amigo fue adentro, si no me equivoco, o fue esa la que dio en “los maderos” (como decía Héctor Vidaña). Habíamos tocado dos pelotas y él ya había bombardeado dos cañonazos al arco.

Ahí nomás, el afamado DT (a quien no nombro por razones de moralidad) interrumpió el partido y gritó: “Los que vinieron de Leones, vengan para acá” y nos convocó para una nueva cita, una semana después.

En verdad, era a Juan Alberto Romero a quien querían, pero como él y yo andábamos juntos, el DT nos hacía volver a ambos una y otra vez a los entrenamientos, hasta que Borelo terminó pensionado e iniciando una promisoria carrera futbolística y yo asumí lo que siempre había tenido bien clarito: que iba a ser periodista.

La revista El Gráfico, por los años 70, solía tener un recuadro con foto en las crónicas de los partidos más importantes; se llamaba “El rincón de los elogios” y estaba destinado a ponderar al mejor jugador. HOY EL RINCÓN DE LOS ELOGIOS FUE PARA EL GRAN “BORELITO”.

Actualmente elabora los más exquisitos biscochos de grasa, facturas y el más formidable pan de chicharrón, además de otras muchas exquisiteces farináceas. Aprendió el oficio de panadero desde muy chico, al lado de su padre.

Por: Lalo Mollar 
--------------------------------------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario