Fue el jugador símbolo de SAN MARTÍN en la década del 60, formando parte de la rica historia de la entidad albiceleste. Su destacada trayectoria, ocupa un lugar preponderante en el ámbito basquetbolístico del sudeste provincial.
El talento natural y la capacidad conductiva, unido a una visión de juego inigualable, lo colocaban en ese sitial de líder auténtico. Apasionado de un juego libre, cuando los esquemas previos no funcionaban o eran cotrarrestados por los rivales, aparecía esa innata calidad técnica, unida a "una atrevida picardía"para resolverlos.
En exclusividad, superando los obstáculos de cualquier naturaleza, para significar un signo movilizador en favor de un nuevo y necesario desafío. Su técnica individual era llamativa, el manejo del balón era más que correcta, para desnivelar en el uno contra uno, como picarla y penetrar invariablemente para la conversión.
Las defensas zonales de aquellos tiempos, ríspidas y muy cerradas, obligaban al tiro exterior, por lo que debía ocupar la posición de alero, para concretar el mismo con una mecánica perfecta. Cuando aparecieron refuerzos de significación, para colocar a San Martín en los podios de los torneos más significativos de aquellos años, se colocaba "el overol" para hacer realidad esa saludable incentivación de sumarse a equipos triunfadores de inolvidable recordación.-
Formó parte de varios seleccionados de la bellvillense, que participaron en provinciales de significación, donde por su personalidad y predicamento, los directivos y sus compañeros siempre le otorgaron la capitanía de los mismos.-
Con inmensa alegría, en función de espectador, asistía a las presentaciones de "SU CLUB", en las distinas categorías, que lo hacía con un orgullo indisimulado de ver ratificado, QUE EL BASQUETBOL DE SU VIDA, SU VERDADERA PASIÓN, ERA EL SELLO DISTINTIVO DE MARCOS JUÁREZ, POR OBRA DE SU QUERIDO SAN MARTÍN.
INFO : JUAN CARLOS LICARI
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